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Requiem in pace

Requiem in pace Hace tres días tuvimos que sacrificar mi gato por necrosis en los riñones.
No es la primera vez que muere una de nuestras mascotas. Incluso presencié el atropello de un perro la mar de majo que teníamos. Sin embargo, nunca lo he pasado tan mal como este fin de semana. Quizás porque he convivido más con éste que con los demás (unos diez años) o quizás por la hora y pico de angustia que pasé en el veterinario intentando sondarlo en vano y por tener que tomar la decisión de matarlo. Una sola inyección es letal pero hubo que ponerle cuatro. No quiero saber si porque mi gato no se quería morir o por incompetencia del veterinario.

Joder, pensaba que ya lo había superado pero escribiendo esto se me escapan dos lagrimones.

Supongo que el no tener muchas distracciones empeora la situación. Estos días he batido mi record de películas y dibujos animados. Quizás debería haber llamado a mis amigos para salir, pero, parafraseando la fábula, soy un ser humano.

Mi gato tirado en el sofá.
Mi gato junto al árbol de navidad y junto a los regalos.
Mi gato en la selva.
Mi gato en uno de sus escondites favoritos.

Descansa en paz. Nosotros lo haremos algún día.

3 comentarios

Viruta -

no puedo mas q añadir mi pena a la tuya, se lo q es querer algo muy querido, duele mucho, un dolor inconsolable, pero date cuenta q al menos estara en el cielo de los gatos, y te aseguro q alli esta muy muy bien, lejos de la mentira humana.Ojala pudiera ir yo al cielo de los humanos, quiza alli hallaria la paz que busco, y no encuentro...
mal momento para ayudarte por mi parte, pero q sepas q te entiendo perfectamente

ipathia -

Te entiendo. He tenido 4 y me faltan dos, todas gatas. Quiero pensar que han vivido como reinas y que han tenido la suerte que tal vez no tengamos los humanos salvo que aprueben la eutanasia.
Ciérrate en casa, llora todo lo que puedas durante días y cuando te quedes "seco" guarda las fotos de tu gato y vuelve a la vida con la conciencia bien tranquila de que tuvo la suerte de tener un amo que hizo todo lo que estuvo en sus manos. Suerte.

Dem -

La fábula:

Un escorpión le pidió a una tortuga que le ayudase a cruzar el río.
La tortuga pensó que no corría peligro porque si le aguijoneaba se ahogarían los dos, pero cuando iban por la mitad del río el escorpión le picó.

La tortuga asustada y asombrada le dijo:
- Ahora moriremos los dos. ¿Por qué lo has hecho?

Y el escorpión le respondió:
- Soy un escorpión.